sábado, 12 de febrero de 2011

ALRREDEDOR DE MÉRIDA

Ya no podía más. Tenía que ir a calmar mi mono, aunque la atmósfera estuviera más sucia que la de Madrid y no se viera el azul del cielo ni acostado sobre la yerba. Cogí el arma y salí a disparar a todo lo que estaba quieto, después haría la selección. He eliminado algunas piezas por su escaso interés cinegético, estas son las escogidas para vuestro banquete, señor.

Terrones y Mérida al fondo

Camino, olivos y Mérida entre la nube de polvo

Cereal y Olivos

Mi barrio

Almendros

Espadañas y puente

Ocaso en el cementerio

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